La zona

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VIVEIRO, AL FRESCO DEL NORTE

Con este sugerente título, Comando actualidad nos descubre Viveiro y alrededores. Viaja a las entrañas de este rincón de la Mariña Lucense en busca de sus tesoros gastronómicos, asomándote a escarpados acantilados, disfruta de las tranquilas playas de Viveiro, abraza al árbol más grande de España y salta en uno de los festivales de música más multitudinarios de Europa. 

Mirador Monte Faro

Dominando por el Este la ría de Viveiro, se alza el Monte Faro hasta una altura de casi 200 metros. En la cima hay varios miradores, que nos regalan unas imponentes vistas de la ría desde lo alto, con la villa al sur y los islotes, acantilados y el vasto océano al otro lado. Varios paneles ayudan al visitante a ubicarse en el entorno. En el destaca también la garita de los siglos XVI-XVIII donde se resguardaban los vigilantes del faro, que no era otra cosa que una inmensa fogata que se encendía cuando la costa era atacada sobre todo por piratas ingleses.

Playa de Area

Desde el apartamento existe una ruta a pié señalizada para acceder  a la que sin duda es la playa más hermosa de la ría de Viveiro y quizás de la Mariña LucensePlaya de arena blanca, aguas cristalinas y tranquilas, de forma rectilínea y con dunas. La playa de Area con 1,2 km de longitud se encuentra cercana a la ladera del monte Faro en una área de gran belleza paisajística, con abundante vegetación. En uno de sus lados, se emplaza la isla de Area, importante refugio de aves marinas. La playa de Area permite disfrutar no sólo del sol y la natación, sino de otro tipo de deportes naúticos como la vela. Además debemos destacar los restos arqueológicos de la villa romana de Estabañón y de la superpuesta villa medieval de “Area”. La playa cuenta con bandera azul y la “Q” de calidad, puesto de socorro, disco-pub y albergue juvenil (cursos de vela, surf…..).  Y no nos olvidemos de  disfrutar de la gastronomía, ya que en ella encontramos dos de las mejores marisquerías de España, Restaurante Nito y Restaurante Louzao. También nos podemos tomar un helado y una copa en Flora, o refrescarnos con una caña al salir del agua en el Chiringuito Kenia o Boa Vista.

Aunque es muy concurrida en época estival para náutica y baño, en el invierno se muestra adorablemente bucólica, como canta Van Morrison en Into The Mystic, "Huele el mar y siente el cielo". 

Playa de Covas

Playa de arena blanca, con oleaje tranquilo, en forma de concha. Es el arenal urbano del término municipal de Viveiro.

 La Playa de Covas está dotada con todas las comodidades, cuenta con la “Q” de calidad turística y está complementada por un vistoso paseo marítimo, que delimita la playa y separa el arenal y las dunas de un amplio parque (parque José Antonio Pernas Peón), dotado de infraestructuras para picnic, del camping  y de los servicios que ofrece la ciudad veraniega de Covas. De una amplitud y extensión extraordinaria, en bajamar unos 280.000 m² y en alta mar se reduce a los 150.000 m². En el extremo oeste de la misma presenta curiosas formaciones de tipo pizarroso, que se les conoce como “Castelos”, allí se encuentra el monumento dedicado en recuerdo de los naúfragos de la escuadra cántabra, en especial del Bergantín Palomo y la Fragata Magdalena , hundidos en la ría, por el temporal, el 2 de noviembre de 1810.


Playa de San Román

Playa de arena blanca y fina de forma rectilínea, con oleaje moderado y en una preciosa zona de acantilados. Cuenta con un paseo de varios Km. de longitud  donde destaca la cruz en recuerdo de un naufragio y homenaje permanente a sus desdichadas víctimas. Este interesante paseo domina la parte oriental de la playa, a la que se puede acceder por un camino de unos 300m desde el parking  y  permite observar observar  desde el una preciosa panorámica de la playa. Más allá de la cruz, se asoma una pequeña cala, y otra, casi inaccesible, después de las grandes rocas.  Al lado del aparcamiento se  encuentra un agradable restaurante y zona de descanso.

 

Mirador Monte Castelo y Faro Punta Roncadoira

A 132 m sobre el nivel del mar, se situa la cumbre del monte Castelo, llamado así como tantos otros puntos en la geografía gallega, por su posición  sobresalíente sobre el medio. En el pasado estas elevaciones tuvieron funciones importantes para la observación, vigilancia, defensa y dominación del territorio, edificando muchas veces, torres, pequeños castillos. Por eso desde el pico, tenemos una vista privilegiada sobre el magnífico paisaje natural, pétreo y humano. Realizaremos una pequeña ruta de unos 2 km de longitud por la zona, subiendo a la cumbre del monte Castelo. En la zona podremos disfrutar de un conjunto de seres de piedra, modelados por la erosión con singulares formas de animales y otras formas que queramos crear. Agudizaremos nuestra imaginación para encontrar en los alrededores del faro, tres piedras llamadas las Osiñas, el rinoceronte, el pingüino, la Pena Cabaleira cerca de Vilacha de considerables dimensiones y forma de muela gigante, el rinoceronte, el tiburón, el ojo del demonio ya en la cumbre. El esfuerzo tiene premio, porque nos permite alcanzar los dos miradores con bancos que ahora existen sobre el acantilado. El primero es el Mirador de Oriente, donde las vistas son excepcionales, abarcando desde Punta Roncadoira a la Punta Arxente y al Islote de Ansarón, que aquí cede protagonismo a la Isla de la Cal. Justo al lado de este asiento de madera se encuentra la denominada Pena Sombreireira, por la cobertura que la misma hace, también hay quien la identifica como una boca de ballena. Aún tenemos que subir un poco más para alcanzar el Mirador de Poniente, también con banco, que en este caso mira hacia Punta Roncadoira y Estaca de Bares


Viveiro casco antiguo

Esta villa marinera cuenta con el casco histórico más importante de todo el litoral norte de Galicia. Su poderío patrimonial tiene mucho que ver con sus funciones como puerto comercial, importante desde la edad media. El románico dejó importantes huellas destacando las iglesias de San Pedro, de Santa María y la antigua conventual de San Francisco. Otros testimonios de la gran herencia histórica de Viveiro es el largo puente sobre el Landro, llamado de la Misericordia y la Puerta de Carlos V que era el acceso a la ciudad por las antiguas murallas en la parte del mar, declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional 

Mirador de San Roque

Dominando la Ría de Viveiro, en su vertiente este, se localiza este mirador a una altitud de 353 metros. Desde aquí se puede disfrutar de la vista turística más conocida de Viveiro. Se puede contemplar una magnífica vista panorámica de toda la ría; la marisma del Landro; el núcleo urbano de VIVEIRO; el puerto pesquero de Celeiro; y la isla Coelleira, ya en O Vicedo... Dentro de este espacio se ubica la capilla, fundada en el s. XVI y restaurada en 1963, dedicada al copatrono de Viveiro,  San Roque, por librarlo de “peste y males”, durante la Baja Edad Media.  A escasos metro de la capilla, entre unos peñascos, está la CUEVA coronada por una cruz, donde según cuenta la tradición se apareció el santo de “Montpellier”.  La zona dispone de una magnífica ÁREA RECREATIVA, que cuenta con varias mesas y parrillas para celebrar comidas campestres, que satisfacen la demanda de sus frecuentes visitantes. 

Celebra su gran ROMERÍA el 16 de agosto, en que decenas de familias y pandillas de jóvenes ascienden a la cumbre vivariense, una tradición que se remonta a los tiempos de las invasiones bárbaras, en que los residentes en la ciudad escapaban al monte para huir de sus ataques. El ascenso, que una buena parte de los asistentes efectúan a pie, tiene ahora un marcado carácter festivo. 


Pozo da Ferida

Se trata de una preciosa cascada mucho más impresionante al natural que lo que sugieren las imágenes. Un salto de 30 metros de caída (el más alto de la Mariña Lucense) que vierte sus aguas en una espectacular piscina natural, el llamado Pozo da Ferida. Se trata de un lugar muy popular  por lo que durante los meses de temporada alta es conveniente madrugar para disfrutar plenamente de este sorprendente lugar.

Playa de las catedrales

Lo característico de esta espectacular playa es un largo arenal delimitado por una pared rocosa de pizarra y esquisto erosionada en formas caprichosas: arcos de más de treinta metros de altura que recuerdan a los arbotantes de una catedral Gótica, grutas de decenas de metros, pasillos de arena entre bloques de roca y otras muchas curiosidades. Hay que tener en cuenta que los arcos y las cuevas, solo son apreciables a pie de playa durante la bajamar. Es necesario reservar en  https://ascatedrais.xunta.es/

Punta de Fuciño do Porco

Este singular nombre, significa hocico de cerdo en castellano, esconde el cabo donde se localiza una ruta impresionante. Transcurre por una pasarela peatonal de madera y ofrece un sorprendente paseo entre acantilados que miran al mar Cantábrico. Para visitarlo te recomendamos dejar el coche cerca de la playa de Abrela y desde allí tomar la senda azul que te llevará directamente a O Fuciño do Porco. Deberás subir por la carretera hasta llegar a una pista de tierra a mano derecha, luego caminando entre eucaliptos verás una bifurcación, sigue a la izquierda siempre por el sendero más amplio hasta que al acercarte a las pasarelas puedas ver el mar. Una vez llegues a las pasarelas, recórrelas sin prisa, disfruta del fantástico entorno hasta llegar a la baliza luminosa que indica el final del recorrido. Aunque se trate de una ruta con escaleras y algún que otro sube y baja, es un recorrido muy recomendable para hacer con niños/as, les encantará.

Acceso sin reserva de Septiembre a Junio

Banco de Loiba

Conocido popularmente como «The best bank of the world» «el banco más bonito del mundo». Está situado en la costa de Loiba (Ortigueira). Desde él se pueden contemplar unas impresionantes vistas de la costa situada entre cabo de Estaca de Bares a cabo Ortegal. Uno de los momentos más especiales para visitar los acantilados es el de la puesta de sol. En este momento cercano al ocaso se pueden tomar unas espectaculares fotos de la zona. Además del famoso banco de Loiba, podemos realizar una caminata por la zona para disfrutar de la naturaleza en estado puro. Los más intrépidos pueden intentar bajar a las playas de la zona a través de senderos prácticamente verticales.

Souto da Retorta

El Souto da Retorta, también conocido como el eucaliptal de Chavín, es un pequeño paraje natural situado en la margen derecha del río Landro, en la parroquia de Chavín. Pertenece a la Red Gallega de Espacios Protegidos y en el año 2000 fue declarado como un espacio natural protegido bajo la figura de Monumento Natural.2​Dentro de la arboleda destaca un rodal de unos 600 eucaliptos (Eucalyptus globulus), algunos de ellos centenarios y muy grandes, que justifican el sobrenombre del lugar. Los eucaliptos de este paraje fueron plantados entre los años 1880 y 1912 para ayudar en el drenaje de los terrenos bajos encharcados por los arroyos del Landro. Además de los eucaliptos centenarios, este espacio presenta dos cascadas dignas de mención, situadas a lo largo del curso del río Landro y sus afluentes: el Salto do Can y el Pozo da Ferida (río Loureiro), ésta con un desnivel de 30 metros. El espacio se limita por varias vías históricas, como la de la antigua fábrica de la luz de Chavín 

Sargadelos

Las Reales Fábricas de Sargadelos son declaradas conjunto histórico artístico en 1972. Estas fábricas fueron en sus inicios la primera siderurgia integral de España, creadas por el Marqués de Sargadelos, Antonio Raimúndez Ibáñez, a finales del siglo XVIII. De ella salieron armas y municiones para la Armada Española, y objetos civiles, conviviendo en el siglo XIX con una innovadora fábrica de loza que introdujo en España formas y decoraciones hasta entonces ligadas a las piezas de origen inglés. La producción de las Reales Fábricas cesó en el año 1875. Del antiguo conjunto se conservan restos de los altos fornos, de la presa y del canal, convertidos en el hermoso paseo de los enamorados, el Pazo del Marqués, así como el edificio que alberga el museo, la Casa de la Administración. Tanto el museo, en el que se puede contemplar la evolución en la producción de las Reales Fábricas de Sargadelos, como el resto del conjunto suponen un recorrido por la historia industrial gallega más sobresaliente. 

Horario

Verano: Martes a sábado de 10:30 a 14 h. y de 16:30 a 20 h.

Invierno: Martes a sábado de 10:30 a 14 h. y de 15:30 a 18 h.

Entrada gratuita

Castro de Fazouro

El castro de Fazouro es un antiguo poblado,  datado entre los siglos I y III d. C., asentado sobre un terreno de suave relieve junto al mar Cantábrico al lado de la playa de Arealonga, conocido como "a Punta do Castro". Es uno de los castros costeros más excavados de toda la costa cantábrica gallega y hoy en día es visitable ya que parte de él se encuentra acondicionado para su visita. Podemos ver las murallas, el foso y parte de las viviendas de forma rectangular salvo una que se conservó de forma ovalada. El motivo de estas construcciones rectangulares es que estas pertenecen al periodo final de ocupación (s.III) y por esas fechas, debido a la romanización, ya se había abandonado la construcción de viviendas circulares 

Entrada gratuita. Abierto todo el año.

Puerto, playa y faro de Bares

Es uno de los mejores puntos de observación de aves de Europa. Expertos y aficionados de todo el mundo acuden a Estaca de Bares para observar y estudiar las miles de aves que pasan por allí cada año. De hecho, hay un observatorio justo al lado de la antigua base militar americana. El Puerto de Bares es también el puerto más antiguo de Galicia y data del año 1634. Su particular construcción y localización e historia lo hacen único en toda la península ibérica. Está concebido como un dique de defensa ante el predominante oleaje característico del Cabo de Estaca de Bares, y dicha protección ha originado –tras siglos de permanencia- la bonita Playa de Bares, así como las redondeadas piedras, características de esta zona. En esta playa siempre ha habido barcas tradicionales que antiguamente pescaban ballenas y en la actualidad se dedican a la pesca de la sardina, principalmente. Es un lugar maravilloso, lleno de encanto y magia. Su luz es espectacular y los verdosos y azulados tonos, de bosques y playas salvajes -que se combinan extraordinariamente- dibujan la memoria de viajeros que visitan estas tierras.  En el Cabo de Bares también existen instalaciones militares abandonadas. Una de ellas era una instalación de los Guardacostas de los Estados Unidos desde principio de los años 1960. Operaba conjuntamente con las estaciones del gobierno británico en East Blockhouse, Gales y, hasta 1973, del gobierno francés en Porspoder, Francia. En 1978, tras la finalización de las operaciones LORAN de los Guardacostas, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos asumió el control de la base. La base funcionó como una estación de comunicaciones hasta 1991. En la actualidad, estas instalaciones están en ruinas pero son visitables. Justo al lado tambien se puede echar una ojeada al Faro.

Loiba, ruta de las algas

Esta ruta recibe su nombre del antiguo y ahora extinguido oficio de las Algueiras de Loiba. Realizaban un duro trabajo de recolección de algas, para el que había que tener mucha destreza y paciencia. Las mujeres bajaban con burros por los escarpados caminos de los acantilados, recogían las algas que guardaban en sacos y subían montaña arriba después del gran esfuerzo realizado.  La Ruta de las algas se realiza por un paisaje espectacular, una ruta que se graba en la memoria, en el recuerdo, una ruta inolvidable. En ella podréis observar los acantilados de Loiba en todo su esplendor y caminar por sus extensas y preciosas playas. Realmente el mar se ha lucido y ha creado unas esculturas impresionantes con la piedra. Islotes, cuevas, pozas, perforaciones en las rocas, es tan impactante que os sorprenderéis a cada paso por la belleza del lugar. El sendero tiene unos 6 kilómetros. No es circular, por lo que si decidís hacerlo a pie tendréis que volver por el mismo camino. 

Ortigueira, Laguna de San Martiño, la Playa de Morouzos y la isla de San Vicente 

Además de que os deis una vuelta por el pueblo y el puerto, en Ortigueira os recomendamos la Ruta del borde litoral de Ortigueira. Cuando baja la marea la isla de San Vicente queda unida a tierra por un amplio banco de arena. La isla, junto con las marismas que la rodean, es un espacio natural protegido. En la espectacular playa de Morouzos también destacan los cordones de dunas mas representativos de Galicia y el enorme pinar ideal para ir de pinic y echarse una siesta a la sombra de uno de sus árboles. Si prefieres ir a un restaurante no dudes acercarte al Fox, justo al lado del aparcamiento, donde podrás saborear cocina típica gallega con sus platos estrella como los chipirones, raxo o pimientos de padrón.